miércoles, 26 de noviembre de 2014

Lectura reflexiva sobre TIC's

Concepciones sobre las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC y sus implicaciones educativas: Un estudio exploratorio)
Introducción
Uno de los desafíos más importantes que enfrenta la educación hoy en día es la búsqueda de respuestas a los complejos y rápidos cambios que ocurren a diario en todo el mundo. La ciencia, la tecnología y, en consecuencia, el conocimiento se multiplican a gran velocidad. Cabero (2006) señala que en la Sociedad del Conocimiento todos tendremos que desarrollar el espíritu crítico y las capacidades cognitivas suficientes para diferenciar la información útil de la que no lo es, aspecto central en el que se deberá formar a las futuras generaciones. En este sentido, se espera que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) generen un cambio paradigmático en las diferentes esferas sociales, impactando también al sistema educativo actual que debe adecuarse a las nuevas demandas que la sociedad le impone.
En el ámbito educativo, la incorporación de las tecnologías está relacionada con dos ideas centrales. La primera, el papel de las tecnologías en el proceso de socialización que apunta a la democratización del conocimiento y que por lo tanto lleva a resignificar la realidad planteando problemas inéditos de orden epistemológico. La segunda, su vinculación con el proceso de aprendizaje y que en consecuencia lleva a situar el fenómeno educativo en un contexto social definido y al desarrollo de competencias que permitan la selección y utilización de la información, lo que implica la redefinición de los roles del educador y educando.
El Gobierno, consciente de este nuevo escenario, ha dispuesto una serie de políticas educativas en materia de tecnología educativa que tienen como propósito contribuir al mejoramiento de la calidad de la educación mediante la informática educativa y el desarrollo de una cultura digital en la ciudadanía con calidad, equidad y pertinencia (Ministerio del Poder Popular para la Educación, 2009). Para el logro de estos objetivos, se han destinado importantes recursos económicos y humanos. Ejemplo de ello son las cifras que indican que aproximadamente el 75 por ciento de la matrícula escolar del país tiene acceso a Internet y la mayoría de estudiantes de primaria son beneficiados a través de la implementación de nuevas prácticas de enseñanza y aprendizaje con el empleo de TIC en aula, el desarrollo de programas de competencias digitales docentes y la incorporación de Modelos de Informática Educativa (aprendizaje interactivo de las ciencias, modelo de integración TIC para la comprensión lectora entre otros). En definitiva, se suman nuevas estrategias que facilitan el “aprender a hacer” para llegar al “saber hacer”, a partir del cual el docente actúa como facilitador y asesor del proceso cognitivo del alumno y el alumno, que dispone de una fuente casi infinita de información y conocimiento, es el actor principal del legado de una Sociedad del Conocimiento basada en las tecnologías de información.
Algunas de las líneas de investigación más exploradas focalizan sus objetivos científicos sobre las innovaciones pedagógicas que se realizan con TIC (Kozma y Anderson, 2002; Van Melle, Cimellaro y Shulha, 2003). También es posible encontrar trabajos sobre el potencial de las TIC en el aprendizaje, donde se traslada la atención hacia los procesos de integración de las TIC en los sistemas y organizaciones educativas, surgiendo el concepto de buenas prácticas sobre el que se articula gran parte de las políticas educativas (Chacón, 2003). Sin embargo, la investigación sobre las concepciones del profesorado es aún un ámbito de investigación incipiente. En esta última línea, Boza, Toscazo y Méndez (2009) estudian la implantación e integración de las tecnologías en los centros y las clases, y determinan qué es lo que los profesores hacen en los contextos escolares con las TIC para cambiar el currículum y los aprendizajes, bajo el supuesto de que toda respuesta educativa (comportamiento) se origina de una idea o concepción de la enseñanza de las TIC que ha sido construida previamente a partir de las experiencias del sujeto.
Desde esta perspectiva, la evaluación de la formación del profesorado en TIC se centra en la proyección aplicada o uso innovador que los profesores hacen de las TIC en los contextos escolares específicos; es decir, en el cambio de modelo didáctico y pedagógico que aplican cuando utilizan las TIC (Colás y Jiménez, 2008). Es precisamente este referente el utilizado para la evaluación del impacto de la formación del profesorado en TIC que se expone en la investigación aquí presentada.
Sanhueza, Rioseco, Villegas y Puentes (2010) señalan que los cambios de la sociedad del conocimiento impactan fuertemente en las concepciones (conocimientos y creencias) de los profesores, quienes tratan de compatibilizar exigencias personales con requerimientos admitidos socialmente. Es decir, por una parte exigencias que proceden de sus propias concepciones sobre cómo debe ser el uso educativo de las TIC y los recursos que poseen para hacerlo (por ejemplo su preparación) y, por otra parte, desde perspectivas externas a ellos mismos se plantean cómo manejar las características del contexto en el que se encuentran (las herramientas con que cuentan y las posibilidades que ofrece el centro para su uso).
Es esencial que los centros de formación inicial y permanente del profesorado asuman su función de contribuir eficientemente a la evolución del pensamiento del profesor, en general, y particularmente, en el buen uso y articulación de estas nuevas herramientas educativas, que pueden llegar a revolucionar o potenciar el proceso de enseñanza en aras a una mejor y más completa educación (Roig, 2003). Estos desafíos en la práctica han sido difíciles de implementar, entre otras cosas porque los profesores deben enseñar de una manera en que ellos mismos no fueron formados, y romper con una tradición clásica en métodos de enseñanza, que ha tenido como recurso casi exclusivo el libro de texto para el desempeño de su tarea profesional (Monge, 2005).
Investigaciones señalan que la mayoría del profesorado, en una primera fase de apropiación de la tecnología, ve en ésta un medio eficiente para transmitir contenidos instruccionales a los estudiantes, manteniendo los mismos dispositivos didácticos que configuran su práctica docente habitual (Buzhardt & Heitzman- Powell, 2005).
Para que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación lleguen a formar parte de los elementos curriculares, y como tales se incluyan en los procesos educativos, se deberá reflexionar sobre cómo queremos que sean las nuevas enseñanzas y planificar cuidadosamente tanto las programaciones como las unidades temáticas a desarrollar. Este supuesto pone en discusión el rol de la actual administración educativa en su función de proporcionar recursos a los centros escolares. Como señala Monge (2005), es posible afirmar que los recursos materiales determinan en parte las prácticas y experiencias de la dinámica de trabajo desarrollada tanto a nivel individual como grupal o de centro. Si bien existe una infinidad de recursos al servicio de la enseñanza y el aprendizaje escolar (computador, pizarras digitales, video, TV), su importancia está en la función que cumplen en estos procesos como herramientas que potencian el desarrollo de actitudes activas y creativas en los alumnos para conocer y comprender los envolventes procesos de comunicación que vive la sociedad de hoy y las nuevas formas de construcción de conocimiento (Tirado, 2002).
Se trata, en definitiva, de poder desarrollar condiciones para una enseñanza que será más colaborativa y flexible, tanto como lo será el aprendizaje en estas nuevas configuraciones educativas (Roig, 2003). Como es posible evidenciar, la incorporación de las TIC ofrece múltiples oportunidades para que el profesorado innove en el aula asumiendo un rol de facilitador y motivador del aprendizaje. Por lo tanto, conocer las concepciones que éstos poseen sobre las tecnologías educativas podría facilitar el diseño de secuencias instruccionales basadas en competencias que de antemano delimiten lo que los estudiantes deberán aprender. Los conocimientos y creencias que ellos manifiestan sobre la incorporación de las TIC serán determinantes en las oportunidades de aprendizaje que ofrecerán al alumnado. En este estudio, estamos interesados en conocer estas concepciones ya que pensamos que cuando el profesor reflexiona sobre ellas y las hace explícitas puede avanzar hacia nuevas formas de aprender. Con estos antecedentes, las preguntas que orientan la investigación son:
1.- ¿Cree Ud., que los profesores emplean los recursos tecnológicos con que cuentan actualmente al realizar sus funciones pedagógicas en la educación nacional? 
2.- ¿Qué recursos tecnológicos conoces tú y cuál es el uso educativo que le pudieras dar a éstos? 
3.- ¿Tiene alguna implicación el conocimiento de las TIC, para el futuro docente,  en su proceso de formación, de manera que  esta materia les pueda ayudar a mejorar  el proceso de aprendizaje de los alumnos en el futuro?
4.- Resuma en dos párrafos las ideas centrales del texto.

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